Una agencia de diseño japosena, TO-GENKYO, ha diseñado una innovadora etiqueta en forma de reloj de arena para un envase de carne. Esta pegatina tiene una tinta especial que cambia de color cuando la carne va soltando ciertas “partículas” dentro del envase.
De este modo, según la carne va teniendo más y más tiempo, se va incrementando la cantidad de esta sustancia, y se va oscureciendo el código de barras que hay en la parte de abajo del reloj de arena. Los consumidores pueden ver rápidamente si la carne se está poniendo mala- y cuando el código de barras se queda totalmente cubierto, puede ser descartado rápidamente.
Me parece un invento muy bueno, porque es una forma intentar por todos los medios darte confianza a la hora de comprar la carne. Para saber si está fresca o no, ya no solo tienes que fiarte de la fecha de envasado que pone, sino que puedes comprobarlo de una forma más "científica" y que trasmite la sensación de que esa pegatina no te puede mentir.
Hoy voy a hablar del Storytelling que “tan de moda está” últimamente. Primero explicaré en qué consiste y no es otra cosa más que contar una historia.
Su uso no deja de aumentar en el campo de la comunicación y la política, aunque en un principio fue considerada una forma de comunicación hacia niños, en estos tiempos que corren, es un instrumento de persuasión y propaganda en manos de quien dispone del poder para ello.
Adaptado a la publicidad, el Storytelling es el arte de contar una historia unida a una marca. Es decir, que la propia marca se convierte en un relato que hace sumergir al consumidor en la narración y le hace participe de las emociones, valores y conductas que trasmite, sobre todo en el momento en que consume el producto.
Todos conocemos spot actuales que intentan por todos los medios emocionarte y conmoverte (y muchos los consiguen), por ejemplo cómo no, el de Coca-Cola de “el anciano de 102 años y el bebe recién nacido”, o el de Iberia de Navidad 2009 en el que una niña le llevaba a su abuelo cubano un copo de nieve, o remontándonos un poco, el de Cola-Cao donde la madre de Pedrosa iba narrando su vida junto a este producto.
Yo no voy a ilustrar este post con ninguno de ellos, sino con un spot de hace algo más tiempo. Es del 2003 y anuncia Aerolíneas Argentinas…lo cierto es que cuando yo lo vi por primera vez no sabía ni qué era el Storytelling, pero este me parece un gran ejemplo, porque cada vez que lo veo, aunque me lo sepa de memoria, me emociona muchísimo (llamadme sensiblera, pero me deja siempre la lagrimilla ahí a puntito)
…y por esa razón, se aparece dónde quiere y cuando quiere. El año pasado salió la noticia de que la cara de Jesús había aparecido en una chocolatina de Kit Kat.
En la imagen, como se puede ver, había aparecido un rostro semejante al que se puede ver en la “Sábana Santa de Turín”. Había sido descubierto por un consumidor holandés que estaba tranquilamente disfrutando de su barrita hasta que advirtió la presencia de la imagen entre las capas de chocolate y galleta.
¿Qué pretende Jesús al aparecerse en un Kit Kat? ¿qué la humanidad debemos tomarnos un respiro? ¿qué la vida es dulce y achocolatada?
Lo siento por los más crédulos, pero obviamente el Altísimo no ha querido comunicarnos nada… Todo esto fue una estrategia de Marketing viral que se lanzó desde Kit Kat en Holanda y que tuvo muchísimo éxito en Internet. Esta es una gran herramienta si consigues hacerlo bien como en este caso, las noticias (y con ello tu imagen de marca) corren como la pólvora, haciendo que sean vistas por millones de usuarios con un coste 0.
...La Cris, una invención de la agencia d6, es una pequeña muñeca que ha nacido de la campaña “La Cris is here”, y con ella, podrás decir todo aquello que por culpa de la crisis no puedes hacer y que te da reparo decir.
Solo has de introducir tu dedo corazón en ella (ya te avisan en la página que no la dolerá...) para poder decir a tu camarero de toda la vida que “no puedes dejarle propina” o a los niños en Navidad “que no podrás darles el aguinaldo”.
Ahora es ella la que se encarga de dar la mala noticia.
Los consumidores pueden ver rápidamente si la carne se está poniendo mala- y cuando el código de barras se queda totalmente cubierto, puede ser descartado rápidamente.
